En un pasado post sobre una degustación de vinos de la región del Duero, comenté como me había impresionado el Cyan Vendimia Seleccionada. El otro día, comiendo en un restaurante, nos decidimos a pedir otro Cyan. En esta ocasión se trataba de un Cyan 2002, Bodegas Garanza, DO Toro. 100% tinta de toro, con 14 meses en barrica.
Picota bien cubierto, ribete granate algo apagado. Nariz muy intensa, con frutos rojos en licor y alegres notas balsámicas; tras agitar la copa y pasar un rato, un clarísimo aroma a compota de ciruelas. En boca es aterciopelado, con recuerdos de fruta y tostados, unos taninos muy bien integrados y muy largo.
Un vino que se está convirtiendo en uno de nuestros favoritos.
Picota bien cubierto, ribete granate algo apagado. Nariz muy intensa, con frutos rojos en licor y alegres notas balsámicas; tras agitar la copa y pasar un rato, un clarísimo aroma a compota de ciruelas. En boca es aterciopelado, con recuerdos de fruta y tostados, unos taninos muy bien integrados y muy largo.
Un vino que se está convirtiendo en uno de nuestros favoritos.
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